24 Mar ¿Qué vamos a comer hoy? 10. Pogácsa
Pogácsa
Los héroes de los cuentos húngaros nunca se lanzan a la aventura sin llevar el hatillo lleno de pogácsa cocinadas en ceniza, pequeñas pastas saladas que pueden comerse frías pero saben mucho mejor calientes. A pesar de su gran variedad de tamaño y sabor, estos tentadores caprichos presentan en todos los casos un rasgo común: su forma redonda. Su diámetro puede oscilar entre el equivalente a un dedal y el de un vaso de agua.
Vajas pogácsa – Pogácsa de mantequilla
Ingredientes:
500 gramos de harina
1 cucharada de azúcar en polvo
10 gramos de levadura fresca
2 yemas de huevo
250 gramos de mantequilla
una pizca de sal
100 ml de nata agria
1 huevo para pintar
1. Tamizar la harina y el azúcar, añadir los demás ingredientes y elaborar una masa elástica. Estirarla con un rodillo y doblarla sobre sí misma cuatro veces.
2. Dejarla reposar durante 20 minutos. Repetir estos pasos dos veces más.
3. Volver a estirar la masa hasta que alcance 0,5 cm de grosor, dibujar encima una retícula y, con un molde, recortar pequeñas circunferencias, que deberán colocarse en una bandeja con harina.
4. Aplicar por encima el huevo batido procurando que no resbale hacia los lados y hornear a temperatura media entre 30 y 45 minutos.
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